Prepárate para escuchar los latidos de una ciudad que se mueve a su propio ritmo.
El mes de Septiembre carga un peso cultural muy curioso de mexicanidad alrededor de las fechas del “Grito”, o lo que podría describirse coloquialmente como una temporal fiebre patriota en colectivo. Las calles de México se adornan de misceláneas de fiesta y se cultivan banderas tricolor en cualquier rincón posible para celebrar un año más de identidad propia como país. Además de todo el folclore anual, Septiembre nos puede funcionar como un tiempo para indagar al pasado y tratar de entender como es que la gente de esta entidad ha llegado a consolidar los distintos formatos de su actualidad al rededor de los gremios locales de música. La capital tapatía, Guadalajara, guarda una peculiar historia detrás de su salud cultural en la música electrónica y en justicia a nuestra cuarta versión de la serie Uncover Sessions con sede en tierras jaliscienses, es importante re-visitar algunos de los momentos claves detrás de los movimientos que han hecho que esta ciudad mantenga una identidad al rededor del localismo y la experimentación sonora.
Como en cualquier otra metrópolis dentro de México, la música hecha a base de cajas de ritmos y sintetizadores en algún punto en los finales de los ochentas o principios de los noventas dio un giro hacia el hipnotismo de la música industrial, los cuartos oscuros, el Techno, el House y todas las sub-vertientes que estas conllevan. Esto se ha dado a causa de una exposición a los productos foráneos concebidos en Estados Unidos o Europa, solo que a diferencia de otras cunas culturales como la Ciudad de México o Monterrey, Guadalajara pasó por un proceso de asimilación de naturaleza más hosca; una historia de lucha por la creatividad y la libertad de expresión. Hoy en día, después de años de fricción entre las autoridades locales y los entusiastas de la subcultura alrededor del rave, la integración de la música electrónica y sus multi-formatos en la comunidad tapatía es irreprochable. Tanto así que ha funcionado como una pista de despegue para muchas de las figuras más celebradas de la electrónica mexicana veterana como Luis Flores, fundador de la disquera Nopal Beat y embajador del Techno azteca en el viejo mundo, o el insigne del House a-la Ibiza subterránea, Hector. Pero esta asimilación no solo ha creado una incubadora de artistas parlantes del lenguaje universal enfocado a la pista del baile. Es tanto el grado de asimilación de estos lenguajes de genealogía foránea en Guadalajara que en muchos casos se pierde el sentido de raíz pertenecientes a las distintas cunas originales de estás como Detroit, Chicago o Berlín. Se crean mezclas impredecibles dentro de las nuevas generaciones de productores vía una negligencia ante las estéticas de la vieja escuela que nunca formaron una parte crítica de su proceso emergente para convertirse en entusiastas y consumidores de música contemporánea. Un ejemplo ilustrativo de esto es el caso del veinteañero Niño Árbol, un miembro de una nueva ola de productores influenciados en numerosos sub-géneros modernos de todo tipo de arte aural. Este proyecto al igual que muchas otras iniciativas, esta constituido por bases estéticas que de alguna manera se asemejan a los clásicos sonidos que en algún momento fueron los catalizadores de muchos productores veteranos, pero estas son reconfiguradas y re-interpretadas por el contexto imparcial de crecer en una nueva era de digestión musical mexicana. Al igual, el productor Macario de Static Discos ha logrado construir narrativas eléctricas de 4/4 con un sentido inexplicablemente nacional. El arte visual de Smithe (ilustrador de nuestro flyer) ha cautivado personalidades tan remotas de la cultura mexicana como Pharrel Williams o Flying Lotus. El tornamesista Juan Moreno ha adoptado el sonido de los selectores leyenda Delano Smith y Larry Heard cómo parte de su genética de producción. Todos estos también son ejemplos de cómo Guadalajara hoy en día vive un presente bañado en la apertura y aceptación del arte en todos sus formatos. Pero esto no siempre fue así. Es por eso que nos sentamos con una de las figuras que vivieron este cambio a través de las últimas décadas.
BR LATAM: Cuéntanos un poco de tus primeros acercamientos hacia la música en Guadalajara. ¿Cómo es que surge tu interés por formar parte de ella?
Luis Flores: Durante el periodo entre 1987 y 1989, los personajes que fueron a definir toda la cuestión de la electrónica en Guadalajara ya estaban haciendo algo. Uno de ellos, Jorge HM (El Calambrín), estaba haciendo radio, programando Ministry y Skinny Puppy y todo el industrial. El estaba tocando en un lugar que fue clave que se llamaba el Ricks. Un día de repente alguien dice “Hay que abrir un lugar de música alternativa y electrónica de cero.” No había ninguna referencia por el estilo y ese wey era el DJ. No lo conocíamos y creo que nosotros teníamos alrededor de 15 años. Todo el mundo decidimos hacer escuela con el. Fue toda una época con el Ricks. Luego nos metimos a la radio Universidad en el 99 de mocosos. La naturaleza de radio Universidad era muy incluyente y como no pagan ningún centavo, mientras se rellanara el espacio con una programación semi-decente, estaban encantados. Empezamos a programar música industrial con Alejando Dávila y Sebastian Veytia, con el cual luego empecé Nopal Beat. Luego tuvimos un programa de música alternativa y fue justo ahí cuando empezó a cambiar la onda más al Techno y el House.
Con este programa de radio, ¿qué tipo de recepción se obtuvo?
Nosotros teníamos el antecedente de lo del Ricks. Era una cuestión de una burbuja muy especifica y era un poco más amplio. No solo era industrial. Con el industrial nos clavamos muchísimo porque es la música ideal para los puertos desadaptados con una cierta noción política. Es música contra-estatal, enojada, totalmente nueva, etc. Una identidad muy especifica. Si te identificas, te llena completamente en esa edad. Tuvimos el programa por 4 años y si tuvo un impacto en la ciudad en general. Hasta la fecha, hay gente que tiene foros en Facebook del programa de lo que se escuchaba en ese entonces. Si hubo una respuesta seria. Ya luego dejamos el programa y empezamos lo alternativo y al mismo tiempo a alguien se le ocurrió empezar la cuestión de danceterias, que tal cual eran raves que cambian de lugar cada semana. El staff era el mismo grupo de gente con la que trabajaba y en dos patadas se convirtió en un éxito. Eran fiestas de 2000-3000 personas todos los viernes y sábados. La música era Techno, Acid House y todo el espectro que en eses entonces se mezclaba. La noche tenía muchas etapas y se las echaba toda el Calambrín.
” Nosotros hicimos una manifestación una semana después enfrente del palacio de gobierno, en domingo, con 6,000 personas, sonido, rave, 6 horas, todo. Cada año después lo repetimos. Hicimos 3 manifestaciones. A la tercera la oficina de cultura nos la estaba financiando ya como una manifestación cultural.”
¿De qué año estámos hablando?
Esto era a principios de los 90s. Fue totalmente el prototipo de los raves. Estaba muy empatado con lo que estaba pasando al rededor del mundo. Se hizo tan popular porque era una cuestión muy incluyente sin ningún tipo de prejuicio, como deberían de ser las cosas. De repente habían de los weyes más fresas hasta un travestí. La tacha era nueva y todo mundo estaba en la buena onda. Agarró tanto tamaño lo que estaba pasando que algún padre del Opus con suficiente fuerza metió presión para que cayeran las redadas y pues si, eran fiestas ilegales así que no había espacio para quejarse. Ahí empezó la bronca con la ley y el gobierno. Los que hacían las fiestas terminaron poniendo un antro. El gobierno les daba algún tipo de deal de permisos para no poner resistencia. La gente que estaba detrás, Jorge y compañía, pues eran los que lo hacían más por la música y lo que significa; por todas las ondas románticas. Nosotros seguiamos haciendo eventos nos tocó ver la respuesta especifica de la policía que ya tenía la orden de que cualquier cosa que se pareciera a una danceteria, se iban con todo. Nos tocaron redadas donde había bastante gente adentro del evento, que apenas iba a empezar y a todo el mundo los encueraban y los ponían a hacer sentadillas. Algo realmente muy….
Algo ya muy torcido.
Si. Incluso una vez en el cumpleaños de una amiga, le dieron a la policía un pitazo de que era una dancetería y tal cual era una fiesta privada. Los animalazos no solamente le fallan, sino que se meten a un bautizo como a una cuadra, trepan a dos weyes del bautizo y ya por fin dan con nosotros y se puso medio tenso. “Esto es propiedad privada, es un cumpleaños. ¿Cuál es tu pedo?” …les valió madres hasta que se llevaron a dos personas. Así duró toda la década. Duró hasta el 2000 y tantos.
¿Ya en el 2000 se enfrió esta situación?
Parecía que se había enfriado. Empezamos a hacer eventos en el Roxy, que en ese entonces era el espacio cultural y alternativo por excelencia y que tenía permisos. Podíamos hacerlo ahí hasta cierto horario. Tratamos de hacerlo lo más legal posible pero siempre era un pedo. Hubo como un breve periodo en donde todo mundo se relajó y la escena empezó a crecer. Fue cuando empezamos lo de Nopal Beat. Empezaron a haber eventos y siguió creciendo. De repente un amigo hizo un festival en donde estaba metiendo escenarios de Psycho, House, Techno, uno de nosotros, etc. Un evento grande. Un tipo de festival con ningún tipo de headliner de fuera pero el momento indicado para hacerlo. Era un evento que iba a jalar. Tenia como 1000 personas adentro y otras 2000 personas apunto de entrar y en eso cae la ley. Acababa de entrar a la gubernatura del estado Ramírez Acuña, quien luego se convirtió en nuestro ilustre secretario de gobernación que también se ganó una medalla con eso de la guerra contra el narco. Lo conocerás con éxitos cómo…*risas* El imbécil entra a la gubernatura y dice, “¿cómo le hago para entrar con bombo y platillo y colgarme una medalla para decir que el que manda soy yo?” Se entera que va haber un rave y como buen animal que se quedó atorado con lo que había pasado hace 10 años, manda a un escuadrón de 200 policías. Llegan y… pues… ya sabes como trata la policía en México. A las chavas agarrándolas y a los chavos pegándoles.
Abuso.
Totalmente. A todos los tuvieron tumbados y encerrados mientras nos amenazaban y demás. Los que estaban afuera se salvaron. Obviamente ya estábamos hablándole a la prensa y etc. A un amigo nuestro que era DJ, lo agarraron y se lo llevaron al azar como: “¡Tu estás vendiendo droga!” Se llevaron a ocho infelices al azar. Tal cual, al azar. Por surte teníamos un conocido que trabajaba en la policía judicial federal. A través de ese wey pudimos sacar a nuestro amigo esa noche sin procesarlo. Lo sacaron y entra el judicial y sacaron las pistolas…típicas jaladas. El caso es que lo sacó. Nos platicó que tenían bolsas de droga y les daban con un puño a cada quien para tomarles una foto para firmar una declaración, etc. Para acabarla de joder, dos chavitos de 18 años bien huevudos no querían firmar y los metieron a la grande.
“El nivel de amor al arte es muy exagerado, casi enfermizo.”
No quisieron confesar. Como ya había pasado tanto tiempo, ya habían niños fresas que sus papás sabían que pedo con las fiestas o weyes de la universidad, gente que ya ni siquiera consideraba que la electrónica era particularmente peculiar. El siguiente día, todos los periódicos pusieron a este wey como perro bailarín, como animal. A el tipo lo hicieron mierda en la prensa local. Nosotros tuvimos una junta con el gobernador con los abogados de los chavillos en donde les pedimos que los sacará. En ese entonces había un programa que se llamaba Círculo Rojo en el Canal 2 donde estaba Aristegui y justo cuando estaba en esa junta, me hablan por teléfono para invitarme al panel del siguiente día para hablar de la electrónica en México y su represión. Yo viéndole la cara a este idiota dije “Ahuevo.” El siguiente día se hizo lo del Círculo Rojo y le llovió la atención nacional. Corte A, un año después, un amigo de la presa estaba en la secretaría de la Ciudad y el siendo muy capaz y joven me dice “Nosotros hicimos una manifestación una semana después enfrente del palacio de gobierno, en domingo, con 6,000 personas, sonido, rave, 6 horas, todo.” Cada año después de eso lo hicimos. Hicimos 3 manifestaciones. A la tercera la oficina de cultura nos la estaba financiando ya como una manifestación cultural. A partir de eso, se vinieron todos los eventos gratuitos en Guadalajara. Dos versiones de Mutek, Richie Hawtin… chorro de cosas.
Entonces, en teoría, toda esta fricción que tenían con el gobierno ayudó a consolidar la comunidad de la música electrónica.
Si, exacto. Finalmente fue lo que acabo haciendo que todo este movimiento sea una expresión cultural respetada. Yo creo que mucho más que en cualquier otra parte del país. En realidad, el apoyo que hubo en ese entonces del gobierno a nivel de eventos gratuitos, fue grandísimo. Eran eventos de 20,000 personas en la calle. Por otra parte, Tijuana tenía a Nortec y Static Discos, el D.F. tenía MUTEK y todo era un fenómeno cultural. Finalmente en Guadalajara había música y eventos y valía la pena.
Guadalajara Dance Laboratory 2009, rave en honor a Tlajomulco
Antes o después de todo eso, tu también asumiste un cargo de promotor. ¿Cómo nace la necesidad de jugar ese rol?
Yo creo que la mayoría de la gente en la electrónica que lleva suficiente rato, en algún punto le toca hacer de todo. Si no, ¿quién va promover tu disco o tu fecha? ¿Quién va a traer al artista que tu quieres? Todo es tan personal que si no lo hace alguien más lo tienes que hacer tú. Ni siquiera es como si yo fuera de notar. Todos se avientan su evento, se avientan su disco, se avientan un programa de radio. El nivel de amor al arte es muy exagerado, casi enfermizo. Al final tu acabas siendo el inversionista siempre, pero por suerte nosotros tuvimos el chance de tener el apoyo del gobierno, que envés de estar arriesgando todo, llegamos a unos presupuestos bestias y no teníamos que comprometer absolutamente nada del lineup. Además era gratis y la gente iba de todos modos para escuchar a los artistas “arriesgados” y respondían. Eran producciones en donde no faltaba nada. Después de eso, solamente empecé a trabajar en la cuestión personal del techno y quería hacer cosas más específicas en clubs locales, donde a los amigos que traía eventualmente se convertían en héroes locales. Digo, no tenemos un Berghain, pero tenemos varias referencias que se le acercan.
Eres el único mexicano que ha tocado en Berghain. ¿Por qué crees que hasta ahora hay tan pocos Mexicanos que llegan a este tipo aclamación?
Desgraciadamente eso es más un síntoma del país que por la falta de talento o falta de interés. México esta diseñado para que te jodas y para que todo sea difícil, más si por alguna peregrina idea se te ocurre meterte a las artes. Yo he tenido la suerte de hacer esto por suficiente tiempo y tener una familia que me apoye. Fuera de eso, conozco a mucha gente que hace muy buena música pero se las ve negras para poderle dedicar el tiempo que se necesita para llegarlo a cierto nivel. Por otra parte, México parece estar aislado por el idioma de lo que pasa en la escena electrónica del mundo. Es muy curioso porque definitivamente hay una mejor escena electrónica en México que en Estados Unidos, pero por mucho. Esto es porque los horarios son mas permisivos y hay clubs estables. En realidad, la referencia de la electrónica Americana siguen siendo los gringos porque siguen hablando inglés y porque en algún momento, ahí se empezaron muchas cosas. En México de entrada crees que estas jodido, porque es mucho de relacionarte con la gente de aquí y allá y generar esos puentes que no están ahí naturalmente. Cuando estas en Estados unidos si existen esos puentes, por las revistas, páginas, la historia, los sellos, pero si existe ese vínculo aunque la escena no sea del tamaño de la mexicana. Nosotros no pensamos traducir todo en inglés, porque no tenemos porque hacerlo y ellos no quieren empezar a estudiar español para ver que esta pasando en México. Así nos mantenemos bastante separados. La línea siempre ha sido hacer música, luego la radio y luego un sello.
¿Cómo es que surge el sello Nopal Beat? ¿Tiene que ver con lo que mencionaste de hacer las cosas tu mismo a-la DIY?
La idea de empezar el sello fue en el 99. Creo que empezamos a compilar un disco, hacer vinilos y promoverlos. En ese entonces no existía la electrónica a nivel sello grande. Sacamos el primer acoplado con Opción Sónica, la disquera independiente por excelencia del país hasta no hace mucho y justo coincidió cuando WFM hizo un formato a nivel nacional de electrónica. Esto fue cuando todos querían tener un sello de electrónica dentro de su disquera grande. Fue cuando firmamos con EMI y al mismo tiempo cuando IMECA empezó haciendo lo suyo al igual que Nortec. Para los sellos grandes, parecía ser como la respuesta a la onda de los números que iban cayendo. Los artistas producían como fábricas, no eran un grupo, eran fáciles de transportar, era algo muy práctico para ellos aunque no tenían idea de como hacer mercadotecnia para la electrónica. Entonces todo pasamos por el cliché de disquera independiente a disquera grande, problemas de recuperación de catalogo, etc. Nos pasó a nosotros, les pasó a Nortec y pues finalmente acabamos siendo independientes otra vez. Pero al rededor del 2005, dejamos de imprimir porque la gente ya no compraba. En ese momento hicimos una pausa y yo empecé a hacer techno. Desde ese entonces me he estado dedicado a mi proyecto. Cuando decidimos parar lo de los sellos, abrimos esta casa que es un cuartel desde hace 10 años. Es una casa muy grande en Guadalajara en donde antes todo mundo tenían sus estudios; estudios de grabación, estudios de producción, el estudio de Sussy 4, etc. La Nopalera. Cuando paramos lo del sello se nos ocurrió empezar una escuela de producción ahí y ya llevamos 5 años en eso. Empezamos con lo de Beat Lab para promover el movimiento. De alguna manera hay un flujo de gente por esa casa y los instructores también van cambiando. Se mantiene vivo el espacio.
Hemos escuchado que el techno es notoriamente más aceptado en Guadalajara más que en otras ciudades como el D.F. o Monterrey.
Yo creo que México es oscurísimo como es. Es el amor de mi vida pero es una desgracia, una tragedia constante. Si en un lugar hay cosas que se puedan criticar y cosas de que quejarse y cosas de que gritar, yo creo que México es uno de esos. Es por eso que el Techno funciona como un buen vehículo para eso.
Escrito por: Joshua Kracer (Boiler Room LATAM)